Prensa Comunitaria.
Por: Carlos Fernández
La jornada del 15 de septiembre ha concluido con la evacuación violenta por parte del Estado, de los 130 diputados que se encontraban en el Congreso de la República de Guatemala, quienes permanecieron por espacio de seis horas, dentro del hemiciclo parlamentario. Los mismos diputados que el 13 de septiembre se dieron cita para aprobar reformas al Código Penal, que dejaba abierta la puerta para que criminales de distinta calaña, ellos incluidos, quedaran impunes ante diversos hechos delictivos.
Francisco Rivas, actual Ministro de Gobernación, tuvo que activar las Fuerzas Especiales Policiales –FEP-, bajo órdenes de Jimmy Morales, para evacuar a 130 mujeres y hombres que denigraron la alta investidura y legislaron a favor de las mafias políticas, organizaciones del crimen organizado y delincuencia común que campean a sus anchas en todo el territorio nacional.
Importante aclarar, que las personas que manifestaban en las afueras del Congreso, lo hacían de manera pacífica; sus únicas exigencias fueron que desengavetaran el Antejuicio a Jimmy Morales y que los diputados renunciaran. Claro está, los diputados no lo quieren hacer y piensan que con el simple hecho de retrotraer lo actuado el 13 de septiembre, no hay más agravio y pueden seguir como si nada hubiera ocurrido ocupando sus curules. La lógica de los 107 diputados es la misma que la de un violador, que lleva a una niña de 7 años con engaños a un lugar apartado, donde según él nadie lo ve y lo escucha. Manosea, violenta e intenta penetrar por la fuerza a la menor, ésta lógicamente grita, patalea y llama la atención de la gente a los alrededores. El violador, aún con el miembro erecto y con la niña aún tirada en el suelo, al ser sorprendido por la gente que llega en auxilio de la menor, se sube el pantalón y le dice a la multitud que lo sorprendió, que está arrepentido, que no sabía que estaba haciendo en ese lugar, aduce que la niña lo sedujo y que lo de la violación era algo así como sexo consentido. ¿Qué talito?
El accionar de las FEP, autorizado o no por el Ministro de Gobernación, ha sido un uso desproporcionado de la fuerza, contra civiles pacíficos, desarmado y en ejercicio de su derecho Constitucional a manifestarse contra quienes vulneraron a todas luces la institucionalidad y pusieron en peligro la seguridad del Estado guatemalteco. Jimmy Morales y los Diputados son los principales responsables de esta crisis. Con sus despropósitos solo han logrado exacerbar los ánimos de la población. Son los violadores del ejemplo anterior que pretenden salir impunes.
Los diputados, al igual que el Presidente Morales han perdido toda legitimidad para gobernar el país. No solo agredieron a la población que debieron resguardar, sino que intentaron consumar un pacto de impunidad que beneficiaba a todas las estructuras criminales que imperan en el país. Jimmy Morales y los diputados, son una gavilla estructurada para el latrocino y la vulneración de los derechos constitucionales.
El sector empresarial, está acostumbrado a pactar con las mafias. Los sucesos desatados por la intentona del 13 de septiembre de consumar un #PactoDeCorruptos, les beneficiaba, considerando que las investigaciones enderezadas por la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala –CICIG- cada vez se están acercando más, no solo a los operadores políticos representados en los partidos políticos, sino a quienes les financian para ganar negocios y espacios de poder.
En este sentido, no se puede esperar un respaldo honesto de dicho sector a la lucha iniciada desde 2015 por la depuración del Estado guatemalteco. Hay que entender que durante décadas, un buen grupo de ellos y sus familias, han sido los grandes beneficiarios del sistema de corrupción.
A la población honesta, honrada, trabajadora y consecuente, no le queda más que permanecer unida y organizada. No hay que dejarse sorprender por las campañas de terror y desinformación que propagan por medios de comunicación a su servicio. Para ser más específico, los medios de Ángel Gonzales bajo el sello de Albavisión. Estos medios, serviles y grandes beneficiarios del #PactoDeCorruptos están al servicio de Morales y compañía.
Aún con lo complejo del panorama, es necesario cerrar filas como ciudadanos. Lo que está en juego es el futuro de nuestros hijos/as y nietos/as. Es la patria la que se nos escurre entre las manos. Es por ello importante, que nos hagamos merecedores de esa estrofa que en el Himno Nacional reza: “Nuestros padres lucharon un día, encendidos en patrio ardimiento…” Ahora más que nunca, debemos ir al #ParoNacional para este miércoles 20 de septiembre para demostrarle a las mafias estructuradas que no les tenemos miedo y no les vamos a bajar la mirada.