La violencia sexual ha sido un arma utilizada históricamente para controlar el cuerpo y las vida de las mujeres. Y aunque Guatemala no se encuentre en guerra, miles de ellas son violentadas sexualmente, la mayoría de los casos no llega a la justicia.

Las víctimas de sobrevivientes de violencia sexual, se enfrentan a una cultura de silencio que ha normalizado la violencia y cuando se atreven a denunciar enfrentan condenas sociales que les culpabiliza por un delito cometido en su contra.

El 98% de las denuncias por violencia sexual no llegan a una sentencia, mientras el Ministerio Publico, recibió en  el año pasado 10,811 denuncias.

Ante este panorama, es necesario abrir espacios de dialogo, investigación y justicia simbólica para las mujeres sobrevivientes, ese es el objetivo del Tribunal de Conciencia: La violencia sexual del pasado y del presente, es un crimen.

Sobre el tema conversamos con Ada Valenzuela, directora de UNAMG, una de las organizaciones convocantes.

Para participar, visite: www.unamg.org

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