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Comenzo la escucha de los testimonios de un grupo de 30 mujeres del pueblo maya Ixil, sobrevivientes de violencia sexual en el caso del Genocidio Ixil, ocurrido entre 1978 y 1982. Por este caso se juzga al militar retirado Manuel Benedicto Lucas García, quien se desempeñó como jefe del Estado Mayor durante el gobierno que encabezó su hermano Fernando Romeo Lucas García.
Esto acontece en el onceavo día de debate oral y público por este caso, el cual es conocido por el Tribunal Primero de Sentencia por procesos de Mayor Riesgo del Grupo «A», integrado por el juez presidente Gervin Sical y por los jueces vocales Lilian Ajcam y Óscar Herrera.
Solidaridad y acompañamiento
Desde las ocho de la mañana del lunes 22 de abril del 2024, previo al inicio de la audiencia, algunas organizaciones acompañantes realizaron una acción espiritual de invocación, en la Plaza de los Derechos Humanos frente a la Corte Suprema de Justicia (CSJ) en honor y respaldo de las mujeres Ixiles que brindarán su declaración.
Asociación para el Desarrollo Integral de las Víctimas de la Violencia en las Verapaces, Maya Achi (ADIVIMA)
Hortensia Lajuj – ADIVIMA – Descarga
La importancia de este juicio es para esclarecer todos esos hechos atroces que se dieron durante el Conflicto Armado Interno (CAI) en el cual, muchas mujeres fueron violadas.
Hoy, nos hacemos presentes en la Plaza de los Derechos Humanos, acompañando a las mujeres Ixiles, en solidaridad como pueblo Maya Achi’. PUEBLO MAYA ACHI’ PRESENTE PARA EL ACCESO A LA JUSTICIA.
Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala (ODHAG)
Luisa Fernanda Nicolau – ODHAG – Descarga
La violencia sexual y de género, dirigida hacia niñas y mujeres con el objetivo de destruir el tejido social de un pueblo, constituye un acto de genocidio.
Nos hemos dado cita esta mañana para escuchar a las mujeres valientes, aguerridas sobrevivientes de la violencia sexual durante el CAI. Durante esta semana, 30 mujeres darán su testimonio, conscientes que es importante dar a conocer esta verdad, como búsqueda de justicia. Con ellas nos solidarizamos.
Sabemos que romper el silencio es difícil, y que las sobrevivientes están dando un paso para tener este anhelo de justicia, para que la violencia sexual no vuelva a ser utilizada por las fuerzas armadas del Estado, en contra de los pueblos indígenas.
Por eso decimos: ¡SU VERDAD ES NUESTRA VERDAD. NO MÁS VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES, NO MÁS VIOLENCIA SEXUAL!
La violación sexual, estrategia para aterrorizar a la comunidad