Han pasado seis días desde que se detecto el primer caso de Covid-19 en el país, desde entonces el gobierno ha tomado medidas drásticas, aunque con algunas excepciones, para contener los contagios.
Los vuelos de centroamericanos enviados al país desde Estados Unidos bajo el acuerdo de Cooperación de Asilo (ACA), fueron suspendidos temporalmente, mientras el martes dos vuelos de guatemaltecos deportados se suspendieron en tanto se establecen protocolos sanitarios adecuados.
Ana Guerra, llegó a Guatemala el miércoles 11 de marzo, comenta que todos los migrantes que venían en el vuelo fueron evaluados por médicos, el proceso para descartar un posible contagio de coronavirus tardo seis horas.
Como medida de prevención las casas de migrantes, albergues y oficinas de información han sido cerradas temporalmente.
«No se trata de culpar a los migrantes de la situación, sino que debe preservarse su vida, la de su familia y de la comunidad de origen», resalta Walter Paxtor, de la Pastoral de amovilidad Humana.
Paxtor agrego que es responsabilidad de los Estados garantizar una depotación segura, que protega la salud de los migrantes.
Por su parte, el Padre Mauro Verzeletti, director de la casa del Migrante en ciudad de Guatemala, hizo un llamado a la solidaridad, a guardar la calma y no hacer juicios contra la población migrante.
«Si actuamos con racismo, xenofobia y discriminación estamos creando un caos diferenciado en la sociedad en donde vemos al migrante, al extranjero como los que vienen a transmitir enfermedades», expresó Verzeletti.
Aunque las medidas tomadas por las autoridades son bien recibidas, los defensores consideran que los gobiernos deben proteger la vida de todas las personas migrantes, en busqueda de refugio o deportadas.