#Opinión Organización de las Naciones Unidas.
En un momento en que la desigualdad crece en el mundo, es bueno recordar que existen soluciones, las cooperativas son uno de los principales modelos que incluyen los aspectos de desarrollo sostenible en sus fundamentos, además de tener en cuenta valores y principios éticos.
Las cooperativas se centran en las personas y no en el capital, no perpetúan ni aceleran la acumulación de capital, sino que distribuyen la riqueza de una forma más justa y contribuyen a erradicar la pobreza, consecuencia directa del principio de participación económica de los socios, quienes contribuyen de manera equitativa al capital de la cooperativa y la gestionan de manera democrática.
Las cooperativas fomentan la igualdad en las comunidades donde se desarrollan, ya que están comprometidas con el desarrollo sostenible en sus aspectos medioambientales, sociales y económicos. Este compromiso se pone de manifiesto en el apoyo a las actividades de la comunidad, el acopio local para beneficio de la economía propia y un sistema de toma de decisiones que tiene en cuenta los alcances en el entorno.
En 1992, después de una actividad concertada de cabildeo por los movimientos cooperativos de los miembros de la Alianza Cooperativa Internacional (ACI) y los miembros del Comité para la Promoción y el Progreso de las Cooperativas (COPAC), la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el Día Internacional de las Cooperativas en su resolución 47/90, de fecha 16 de diciembre de 1992, a celebrarse el primer sábado de julio de 1995.
El objetivo de este Día Internacional es: Aumentar la conciencia sobre las cooperativas; Destacar la complementariedad de las metas y los objetivos de las Naciones Unidas y del movimiento internacional de cooperativas; Destacar la contribución del movimiento en la solución de los principales problemas abordados por las Naciones Unidas; Fortalecer y ampliar las asociaciones entre el movimiento internacional de cooperativas y otros participantes, incluidos los gobiernos, a nivel local, nacional e internacional.
Por ello, en Guatemala, se llevan a cabo iniciativas que buscan promover alianzas y el cooperativismo, siendo éstas los Programas Conjuntos de Desarrollo Rural Integral (PCDRI) en la región Ixil, Quiché y Alto Cuilco, San Marcos, que desarrollan capacidades con doble enfoque de seguridad humana, el empoderamiento de familias y organizaciones comunitarias para mejorar sus medios de vida y el fortalecimiento de gobiernos locales e instituciones sectoriales para la protección de la población y del territorio.
Si bien la implementación de estas iniciativas está bajo el liderazgo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) conjuntamente con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Panamericana de Salud (OPS) / Organización Mundial de la Salud (OMS), se da el acompañamiento a la Secretaría de Planificación y Programación de la Presidencia (SEGEPLAN), el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA), y el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS). Todo ello gracias al apoyo financiero del gobierno de Suecia.
De ahí, la importancia de las cooperativas como asociaciones y empresas por medio de las cuales la ciudadanía puede mejorar eficazmente su vida y al mismo tiempo contribuir al progreso económico, social, cultural y político de la comunidad y la nación.
El movimiento cooperativista se caracteriza por ser democrático, localmente autónomo y a su vez integrado internacionalmente, con una forma de organización de asociaciones y empresas por la cual los ciudadanos cuentan con la autoayuda y responsabilidad propia de alcanzar objetivos, no sólo económicos sino también sociales y ambientales, como la superación de la pobreza, la obtención de empleo productivo y el fomento de la integración social. Las Cooperativas no dejan a nadie atrás y nos dan un ejemplo de que todo en alianza es posible.