En el marco del Día Internacional de la Juventud, el Consorcio de Salud Sexual y Reproductiva llevó a cabo una acción en las principales calles de la Ciudad de Guatemala, el pasado 28 de agosto, titulada «¡Salud Sexual y Reproductiva Ya!».
Durante esta actividad, las juventudes instaron al Congreso de la República a aprobar la iniciativa de ley 6430, que busca prevenir el abuso sexual en la niñez. Kimberly López, de Baja Verapaz, señaló que en su departamento se han reportado 29 casos de embarazo en el sistema educativo. Además, durante la conferencia de prensa, los jóvenes informaron de un aumento del 25% en las denuncias de abuso sexual en espacios escolares.
Por su parte, Mónica Chub destacó la importancia de hablar sobre salud sexual y reproductiva en Cobán, Alta Verapaz, un departamento con altos índices de violencia contra la mujer y embarazos en niñas y adolescentes.
La falta de acceso a la salud sexual y reproductiva no es culpa de los padres de familia, sino resultado de la falta de interés del Estado de Guatemala en aprobar leyes y dar seguimiento a los casos de violencia, señala Ixkik Cúc, de Chimaltenango.
Desde Chiquimula, Leidi García, de Jocotán, destaca la poca disposición del personal de los centros de salud para proporcionar la información adecuada a las juventudes. La carencia de esta información ha llevado a que muchas niñas y adolescentes opten por el suicidio debido a la desinformación sobre embarazos no deseados o enfermedades de transmisión sexual.
De acuerdo con datos del Mirador del Grupo Multidisciplinario por la Defensa de los Derechos Sexuales y Reproductivos, entre enero y abril de 2024, la mayoría de las muertes maternas en Guatemala ocurrieron en mujeres de 20 a 39 años. Las niñas y adolescentes también están en riesgo, ya que las muertes relacionadas con el embarazo o parto son una realidad preocupante para ellas.
El Observatorio en Salud Sexual y Reproductiva ha documentado 33,897 embarazos en niñas y adolescentes entre enero y julio de 2024, siendo Alta Verapaz el departamento con mayor incidencia.
Por otro lado, el 55% de las juventudes trans inicia su proceso de transición a los 12 o 13 años de forma clandestina, debido a la discriminación y la falta de información. Por ello, exigen acciones concretas que les acompañen en su proceso de transición, además de la implementación de medidas necesarias para la prevención de embarazos y la garantía de condiciones de vida dignas para todas y todos.