Los años pasan y Juana Alonzo Santizo, migrante Maya Chuj, pasa sus días en una prisión de Reynosa, en el Estado de Tamaulipas, México, sin que su caso se resuelva.
En agosto de 2014, Juana o Juanita, como la llama su familia, salió de San Mateo Ixtatán, Huehuetenango, rumbo a Estados Unidos, a pocos kilómetros de la frontera de Estados Unidos se resguardo en una casa privada que el coyote, que la acompañaba, le sugirió.
Ella y otras dos mujeres fueron forzadas a trabajar en esa casa, una de ellas denunció, llegó la policía y capturo a Juana Alonzo, las otras dos víctimas la señalaron de ser cómplice de los secuestradores. Juana no sabía que pasaba, no hablaba español, solo su idioma Chuj.
Tras amenazas y torturas de los oficiales, firmó una declaración auto- incriminatoria, no tuvo abogado, ni intérprete. Años después, logro contar su historia al Alto Comisionado de las Naciones Unidas de México.
Su tío Pedro Alonzo, lamenta que el mayor error de Juana fue haber nacido indígena, “lamentablemente nadie hecha la mano para que ella salga libre, ella está pagando un problema que no cometió, el peor problema que Juana cometió es por haber nacido en el pueblo Chuj, el peor delito que ella cometió es por haber nacido indígena o por haber nacido mujer, no habla español, entonces la acusaron de un delito que no cometió”.
Su familia supo de la detención de Juana cuatro años después, desde entonces han buscado reuniones con las autoridades mexicanas y guatemaltecas. Lograron conversaciones con los funcionarios sin embargo, a siete años Juana sigue sin tener la oportunidad de defenderse y recuperar su libertad.
Su tío Pedro, considera que ha sido mucho el tiempo que Juana ha estado en prisión sin derecho a ser escuchada, “ninguno de ellos tienen valor o potestad para decir, ¿bueno que está pasando aquí?, no hagan este trabajo, ¡no!, ¡no!, nunca hubo apoyo, no se pudo hacer nada” lamenta.
Su caso llegó al colectivo Promotores de Liberación Migrante, un grupo de personas que de forma voluntaria apoyan como interpretes en los casos relacionados con personas migrantes. Yulisa García, una de las voluntarias menciona que la información sobre migrantes detenidos es escasa, los casos de crímenes contra migrantes «no se esclarecen», señala.
Enero lo han iniciado con una campaña exigiendo la libertad de Juana, el colectivo de promotores, la familia y vecinos de San Mateo Ixtatán, los jueves y domingos de mercado se reúnen en la plaza para informar a las vecinas y vecinos sobre el caso de Juana y reúnen firmas para exigir su inmediata libertad.
“En esta ocasión estamos haciendo el llamado correspondiente, a todo el pueblo en general, ya sea que estemos acá en Guatemala, igualmente fuera de nuestras fronteras, tome este mensaje para hacer valer el derecho exclusivo del ser humano, que son los derechos humanos, estos derechos no solo son de Guatemala, sino que han atravesado fronteras (…). Estamos ejercerciendo nuestros derechos, obviamente a viva voz, manifestándonos, exponiendo nuestras dolencias como en el caso de Juana Alonzo Santizo” dice, uno de los vecinos mientras se encuentra recolectando firmas.
La carta abierta está siendo difundida en redes sociales y está abierta a organizaciones y personas individuales que quieran sumarse a pedir la libertad de Juana Alonzo.
En septiembre de 2021 el Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas aprobó la decisión No. 35/2021 en la que declaran que la privación de libertad de Juana, contraviene la Declaración Universal de Derechos Humanos y el Pacto Internacional de derechos civiles y políticos.
“El remedio adecuado sería poner a la Sra. Alonzo Santizo inmediatamente en libertad y concederle el derecho efectivo a obtener una indemnización y otros tipos de reparación”.
Piden se realice una investigación exahustiva e independiente sobre la detención de Juana, y se tomen medidas pertinentes contra los responsables de la violación de sus derechos. El grupo de trabajo de la ONU da un plazo de 6 meses para que el gobierno de México responda.
En la carta abierta se les recuerda a las autoridades mexicanas esta decisión y se informa que una delegación de mujeres que viajará de San Mateo Ixtatán al consulado de México en Quetzaltenango, el 8 de marzo, para continuar con su demanda de libertad para Juana.
El 31 de enero, otra delegación viajará a la embajada de México en Ciudad de Guatemala para entregar la carta abierta a Romeo Ruiz Armento, embajador de dicho país en Guatemala.
La historia de Juana, es la de otras y otros migrantes indígenas, su caso evidencia el racismo, discriminación y misoginia que enfrentan las mujeres migrantes de pueblos originarios.