Por: Maggie Garcìa – Noticiero Intercultural FGER Maya K’at
«La primera vez que subí el volcán Atitlán en el departamento de Sololá, tarde alrededor de 8 horas hasta llegar a la cima, estando arriba mis ojos se dilataron al ver la gran inmensidad de la Madre Naturaleza, alguien se acercó a mí y dijo: lo lograste, llegaste, después de eso grite con todas mis fuerzas, lo logré», dijo un joven.
Esta misma emoción encontré en los 6 amigos que forman parte del grupo, «Pata de Chucho», un nombre bastante atractivo y motivador del amor a los volcanes que existen en nuestro país, expresó otro joven.
Después del mes de Marzo de 2020 luego de que se anunciará el cierre del país a causa de la Pandemia por COVID19 se dio una gran cantidad de desempleos a nivel nacional siendo el sector juventud unos de los mayores afectados.
A pesar de la situación, los jóvenes Danilo Cumatz y Justo Ben asumieron el reto de cambiar la panorámica de encierro y llevarla al reconocimiento y cuidado de la madre tierra con la actividad de Escalar Volcanes.
Al unirse con más compañeros han escalado 4 volcanes en varias ocasiones para hacer la recolección de basura que se encuentran en los colosos, un hecho lamentable ya que siendo fuente de inspiración y de vida, es el ser humano quien lo deteriora.
Pata de Chucho, paso de ser un grupo de escala a un equipo que busca dejar huella en la historia de los volcanes principalmente el volcán Atitlán, que después de sufrir graves pérdidas, hoy los jóvenes tienen el reto de realizar la reforestación de 5 mil árboles como una herencia para las próximas generaciones.
Cuando les pregunté a los jóvenes porque se unieron a esta campaña de reforestación, todos sonreían y mostraban ánimos al hablar de su experiencia previa a la decisión de siembra, sin lugar a duda, la energía que proyectan ha sido el motor esencial ya que después de más de un año de haberse fundado hoy siguen de pie listos para iniciar el recorrido como Pata de Chucho de un volcán a otro.