Del 11 al 13 de noviembre, mujeres trans Q’eqchi’, K’iche’ y mestizas se reunieron en un espacio único de diálogo, autocuidado y sanación, para abordar las diversas violencias que enfrentan y que afectan su derecho a una vida libre y digna. Este encuentro se realizó como parte de un esfuerzo departamental en Alta Verapaz, Quiché y Guatemala para reconocer y fortalecer las luchas colectivas de las mujeres trans en sus contextos locales.

La separación de sus territorios hacia las ciudades, el racismo, la migración forzada y un sistema profundamente transfóbico han obstaculizado el acercamiento intercultural y el fortalecimiento comunitario de las mujeres trans. En respuesta a estas violencias, el encuentro se planteó como un puente para reivindicar los derechos sexuales y reproductivos desde las experiencias y la palabra de las mujeres trans.

Derechos desde los cuerpos y las experiencias

Durante el encuentro, las participantes dialogaron sobre sus vivencias como mujeres trans, compartiendo cómo viven sus identidades, su sexualidad y el derecho a experimentar el placer de manera plena y sin violencia. Este espacio permitió nombrar y visibilizar las múltiples formas en que el sistema las excluye, las invisibiliza y les niega derechos fundamentales, como la libertad comunitaria en sus pueblos de origen.

El sistema, al imponer una transición en soledad y al marginar sus identidades, les ha negado el derecho a ser plenamente parte de sus comunidades. Sin embargo, este encuentro permitió la creación de un espacio seguro donde las asistentes expresaron afectos, compartieron experiencias y fortalecieron su cohesión a través de actividades colectivas.

Estrategias de cohesión y autocuidado

Las jornadas incluyeron prácticas de meditación, relajación, dinámicas colectivas y diálogo. Estas actividades promovieron la construcción de estrategias para unificar las demandas de respeto a sus derechos y para visibilizar su lucha frente a un sistema que perpetúa la transfobia.

El encuentro también resaltó la importancia de construir colectivamente la exigencia radical de respeto hacia las mujeres trans como personas con cuerpos, voces y luchas legítimas. Desde sus propios contextos, las asistentes coincidieron en la necesidad de continuar fortaleciendo estos espacios como respuesta a la exclusión sistemática que enfrentan.

Hacia la visibilidad y el reconocimiento

Las mujeres trans participantes reafirmaron su derecho a ser reconocidas como parte integral de la sociedad, exigiendo la libertad de ser y vivir plenamente. Este encuentro es un paso importante hacia la colectivización de sus luchas y la construcción de un futuro donde la transfobia sea erradicada, y donde sus derechos y voces sean respetados y valorados.

Esta iniciativa no solo representa un espacio de resistencia, sino también de esperanza, en el que las mujeres trans reafirman su compromiso con la vida, la libertad y el autocuidado como actos radicales frente a un sistema que busca negar su existencia.