#Opinión | Kajkoj Máximo Ba Tiul – Desde las montañas de los rebeldes e indomables Poqomchi.
El 10 de mayo del 2013, el genocida Efraín Ríos Montt, era condenado a 80 años de prisión por el genocidio cometido contra el pueblo maya Ixil. Este juicio fue histórico, no solo porque, a un siniestro y salvaje general, se le consideraba “genocida”, que significaba que había cometido “delitos de lesa humanidad”, es decir, “que los hechos que había cometido el general, son crímenes de especial gravedad, como el asesinato, el exterminio, la esclavitud, la deportación, el traslado forzoso de poblaciones, la privación grave de la libertad o tortura, que se comete como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil y con conocimiento de ataque”.
Esta sentencia, abrió la esperanza para todos los pueblos que sufrieron los planes malévolos del general. Un General que quiso acabar con las poblaciones, a quienes los acuso de ser la base social de la guerrilla, a quienes el general genocida los llamaba “delincuentes terroristas”. Que por ser diferentes se les quiso exterminar, utilizando como dice Marta Casaús, el racismo “como máquina de exterminio”.
Esta sentencia histórica para los pueblos, sigue en nuestra memoria, porque, nos confirmó que el general, ese que nos gritaba por los medios de comunicación, que nos quiso imponer su doctrina de exterminio, que fortaleció en muchos el odio hacia los demás, al final era reconocido por primera vez en la historia de nuestro país y de América Latina, como ¡EL GENOCIDA!
Y así fue y así murió, como un GENOCIDA; un cobarde, un desquiciado. Así fue Ríos Mont. Se valió de un ejército de asesinos, para perpetuar actos de cobardía en contra de la población civil, no combatiente. Como un GENOCIDA; será reconocido por toda la historia.
El pueblo Poqomchi, no debe olvidar, los actos de genocidio que este vil y cobarde asesino, perpetuó sobre innumerables comunidades. En los valles, las montañas, las sierras, corrió ríos de sangre. Najtilabaj, Chituj, Chiacal, Saraxoch, El Rancho, Mexabaj, La Providencia, Santa Elena, Chicus, El Naranjo, Pambach, Najtquitob, Tampó, Chi Ixim, no alcanzarían estas hojas para mencionar a las comunidades, en donde diseminó toda su rabia y el odio que sentía por los indígenas, este General Genocida.
Como lo dijo en su momento Manuel José Arce: ¿General? no importa cuál?: para ser General, /como usted, General, /hay una condición fundamental:/ser un hijo de puta, /General.