#Guatemala | Lourdes Alcántara, Guatemala en Democracia/Noticiero Maya K’at.
El pasado nueve de febrero, diputados y diputadas del Congreso de la República, aprobaron el decreto 09-2022, con el cual se declara el nueve de marzo como “Día por la vida y la Familia”. Con 91 votos a favor el decreto resalta el respeto por la vida y por la familia, además, evidencia la obligación del Estado en la creación de políticas públicas encaminadas a la concientización de la población sobre el respeto a vivir y a la familia.
El Congreso destacó que el deber del Estado es promocionar el respeto a la vida, y que el Estado de Guatemala, se caracteriza por defender la vida desde la concepción.
El contraste…
El decreto aprobado ha generado controversia entre diferentes colectivos y grupos de la sociedad civil, ya que la realidad que vive a niñez y las familias de nuestro país es muy distinta. Según los datos del informe del Atlas Nacional de la Situación de la Niñez y la Adolescencia en Guatemala realizado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF 2021), se estima que en nuestro país por cada mil niños nacidos 33 mueren antes de los 5 años debido a que no existe una atención adecuada Pre y Post natal. El 13% de las adolescentes entre 15 y 19 años declaró tener al menos un hijo nacido vivo.
También los resultados de dicho informe muestran que Estado de Guatemala no garantiza el pleno desarrollo de los niños y adolescentes. El promedio de escolaridad en jóvenes de 17 años es de 7.2 años, lo que quiere decir que, la mayoría de los niños solo culminan la educación primaria, el 31% de niños entre 1 y 17 años no asiste a la escuela. Según el informe la principal causa de inasistencia en los grupos etarios de 7 a 15 años es la falta de dinero.
En temas de trabajo infantil ocho de cada diez niñas y niños trabaja, a nivel departamental Guatemala, Retalhuleu y Escuintla cuentan con un mayor porcentaje de niños y niñas trabajadoras. Como forma de buscar un futuro mejor, se ven en la necesidad de abandonar el país, se estima que, de cada mil niños y niñas 8 tienen que migrar, principalmente quienes provienen de los departamentos de Huehuetenango, Quiché y Quetzaltenango.
Los datos demuestran que Guatemala no ha podido desarrollar mejores políticas que se enfoquen no solo en apreciar la vida, sino que, en garantizar el pleno desarrollo de la niñez.