#Opinión | Kajkok Máximo Ba Tiul – Centro de Reflexiones Nim Poqom.
Hace algunos días, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, después de afirmar que “la gente no huye de sus hogares porque quiere, la gente huye de sus hogares porque siente que tiene que hacerlo”, dijo ante los medios de comunicación, que la migración de personas hacia Estados Unidos “Es Nuestra Culpa […] no hemos podido proporcionar nada. Ni un trabajo decente, ni una escuela decente”. “tenemos que concentrarnos en mejorar nuestro país y hacer de nuestro país un lugar donde nadie tenga que emigrar” y que la migración “debería ser una opción, no una obligación”, además de afirmar que las “políticas migratorias de Estados Unidos están “equivocadas. Inmediatamente estas afirmaciones de Bukele, comenzaron a recorrer el mundo y han sido objeto de muchos análisis, algunos en contra y otros a favor.,”.
Durante la XXVI Cumbre Iberoamericana que se celebra en Guatemala, el presidente Evo Morales, afirmó, refiriéndose a la migración, que “la crisis de migrantes […] que se vive en diversas partes del planeta se debe a un fracaso del sistema mundial, y subrayó que ningún ser humano deber ser considerado “ilegal. […] En la actualidad estamos ante una profunda crisis migratoria a nivel mundial. Esto no es más que un reflejo de que el sistema ha fracaso: el intervencionismo, las guerras genocidas y los efecto del cambio climático son algunas de las principales causas”.
En este sentido, Bukele, tiene razón al decir que es “nuestra culpa”, porque nos hemos dejado dominar por este sistema que según Evo Morales, ya ha fracasado. Este sistema que fracasó desde hace muchos años y que en su primera campaña el después presidente Bill Clinton, decía; “es la economía, estúpido”. Es decir, el modelo capitalista, ha fracasado en todo sentido. No ha sabido proveer de condiciones mínimas para vivir. Las personas, tienen que asumir su derecho a migrar, porque los países no han podido y no han querido hacer nada para resolver y que no hemos podido y “querido” hacer nada.
Roitmann Roseman, refiriéndose a las democracias de América Latina, dice: “Me llama la atención el alto grado de conformismo con el que responde la sociedad ante los postulados y principios provenientes del mundo científico. Asimismo me preocupa, dice Roitman, que la comunidad científica asuma este comportamiento conformista y complaciente como un logro positivo de advenimiento del fin de la incertidumbre histórica”. Para Roitman, “el conformismo teórico y la aceptación social de los principios sobre los cuales se hace ciencia, en la actualidad, están fundados en el mensaje subliminal de la estabilidad y gobernabilidad del orden”.
Pero además del conformismo teórico-científico, hay un conformismo ciudadano, acrítico y como si no estuviera pasando nada o si nos damos cuenta, siempre no es más fácil, echarle la culpa a los otros y sobre todo a los pobres. “Si los pobres salen a protestar y toman las calles para reclamar derechos, rápidamente decimos, que son un atajo de haraganes”, y si “vemos a un grupo de personas, pasando por nuestro país, para ir a Estados Unidos, también decimos: “porque se van, si aquí se puede vivir””. El conformismo y la miopía mental en la que nos ha sumido el sistema, nos obliga a no ver la realidad y tampoco pensar en las causas que la origina.
El conformismo es generado por el nivel de colonización en la que nos encontramos, por parte del modelo económico. Todos absolutamente todos, principalmente los líderes políticos, con facilidad se “bajan los pantalones” ante el sistema, no para resolver los problemas de los pueblos, sino para resolver sus propios intereses. Por ejemplo, es más fácil, para este aprendiz de presidente que tenemos, aceptar las condiciones de Estados Unidos, para convertirnos en un tercer país seguro, que resolver los problemas sociales que aquejan a la gran mayoría de la población. Nuestro país no tiene las condiciones ni políticas, ni sociales, ni económicas para convertirse en un “tercer país”, además no tenemos ninguna obligación para hacerlo, sobre todo, porque el culpable de las movilizaciones de migrantes, es el sistema económico impulsado por el país del norte. Es el capitalismo, que desde su origen ha sido de acumulación y en donde unos pocos se han enriquecido.
Sobre esta idea de la crisis del capitalismo y sus consecuencias, hasta los grandes defensores del sistema, como Fukuyama, quien años atrás clamaba por el fin de la historia y por lo tanto, el único sistema valido era el capitalismo. Después de dos décadas, cambiaba de opinión, al afirmar que “En este momento, me parece que ciertas cosas que dijo Karl Marx están resultando ser ciertas. Habló de la crisis de la sobreproducción… que los trabajadores se empobrecerían y la demanda sería insuficiente”.
La migración y los desplazamientos de poblaciones hacia las grandes urbes, como Estados Unidos, no es porque la gente quiera, sino que se siente obligada, porque el modelo capitalista impulsado por las élites económicas y con apoyo de los Estados, los ha despojado de sus recursos, además de someterlos a un nivel violencia muy fuerte, que podríamos considerarlo como una nueva forma de “esclavitud y control”. Por eso, al no tener otra alternativa, más que buscar el camino para “salvar la vida” en todo sentido. Como dicen los migrantes centroamericanos a pasar por Guatemala: “Si estando en nuestro país vamos a morir, es mejor morir tratando de alcanzar mejor vida para nuestros hijos”.
La migración se va a detener cuando la gente pueda lograr tener mejor condiciones de vida en sus países. Cuando todos sus derechos sean respetados y cumplidos. Cuando en los países, los líderes políticos trabajen para los pueblos y no para sus bolsillos. Cuando los oligarcas y burgueses, inviertan su capital en trabajo y buenos salarios. En una palabra, cuando se termine: “la explotación del hombre por el hombre”.
Si hasta ahora hemos logrado parar la compra de helicópteros, que son como regalos de navidad para un ejército que no sirve para nada. También podemos lograr detener que este mediocre de presidente, siga convirtiendo a nuestro país en una colonia gringa y en una cárcel humana de migrantes, hombres y mujeres que tienen dignidad. Debemos exigir, que estos últimos meses que lo tenemos como presidente, se ponga a trabajar y deje de estar haciendo cosas, que no le competen ni le favorecen a Guatemala.
Guatemala, debe ser un país solidario con los migrantes centroamericanos. Los centroamericanos, los mesoamericanos, los latinoamericanos tenemos un mismo origen y por lo tanto nos debemos apoyar. No debemos negar a ser una colonia norteamericana. La migración es un derecho. No estamos en contra de convertir a Guatemala en un tercer país, porque se puede acrecentar la violencia, no es así, estamos en contra, porque el culpable de la migración, es el sistema económico impulsado por el gobierno del norte y es Estados Unidos, quien debe generar condiciones humanas para recibir a todos. Y si no lo quiere hacer, entonces que nos deje construir el modelo que queremos. Un modelo más humano y justo. Pero para que esto sea una realidad, debemos de dejar el conformismo y ser más críticos, ante esta situación.