#Opinión – Juan Calles – Prensa Comunitaria.
El sol empezaba a calentar la mañana, en las afueras del Organismo Judicial de Izabal, las familias de los pescadores conversaban preocupados, dos camionetas llenas de empleados de la minera llegaron con pancartas, se les notaba avergonzados, en otros carros llegaron niños y mujeres rusas familiares de los personeros de la mina, se les notaba autosuficientes, con personas de seguridad siempre atentos tras ellas, un gerente sobrealimentado mascullaba órdenes para no dejar entrar a los Periodistas de Prensa Comunitaria.
El calor siempre presente, los rayos del sol picaban en la piel, los acusados, cuatro pescadores artesanales y un periodista aún no llegaban, instituciones defensoras de derechos humanos nacionales y extranjeras estaban allí observando el proceso. En los alrededores agentes de seguridad de la minera vestidos de particular se apostaban como listos para una refriega. El nerviosismo de todos y todas las presentes era evidente. Se rumoraba que a la llegada de los pescadores y periodista los apresarían. Todos tienen orden de captura.
Un Flashback necesario
Durante el año 2017 la gremial de pescadores, preocupada por la creciente contaminación del lago de Izabal pidió a las autoridades municipales y de gobierno, que intervinieran para evitar un desastre ecológico, una mancha roja amenazaba el lago, la pesca se había reducido, y las enfermedades de la piel en niños y mujeres habían aumentado considerablemente.
Las autoridades organizan una mesa de trabajo para abordar el tema, al final acuerdan realizar un estudio para determinar la contaminación del lago. Al presentar el informe afirman que no existe contaminación, que la mancha roja es producto de residuos traídos por el río Polochic. Por su parte la gremial de pescadores pide un estudio a universidades de México y Alemania, quienes determinan un alto nivel de contaminación producido por la Empresa Guatemalteca de Níquel, CGN Pronico y entonces organizan una protesta pacífica, pues sus peticiones son desestimadas por las autoridades.
En mayo de 2017 realizan una protesta que dura 13 días, hasta que el 27 de mayo de ese año, la policía antimotines reprime la manifestación dejando como saldo un pescador muerto (Carlos Maaz) y otros más heridos de bala. A partir de entonces la persecución y las amenazas de muerte dan inicio en contra la directiva de la gremial de pescadores y contra dos periodistas de Prensa Comunitaria.
Un Juez anómalo, la costumbre de torcer la ley
Edgar Aníbal Arteaga López, este nombre se mencionará una y otra como eco de pesadilla, un juez amparado en la propia ley para retardar, para favorecer a la minera, para perjudicar una gremial de pescadores artesanales, para frenar la protección del medio ambiente, es un juez claramente parcializado, un juez que tuerce la ley para evitar la justicia. Una verdadera pesadilla.
El caso de los pescadores y periodista acusados y con orden de captura, es un caso de interés público, muchos ojos están puestos en él por lo que significa para la comunidad de El Estor, Izabal, y para la CGN misma, sabiendo esto los abogados defensores solicitaron realizar la audiencia en una sala más grande pues era ampliamente conocido que la pequeña sala de audiencias (ésta sala mide alrededor de 4 metros cuadrados) no sería suficiente para albergar a los tres abogados de la defensa, a los personeros rusos de la CGN y sus intérpretes, su abogado, a los cinco acusados, periodistas, familiares. Dicha solicitud fue negada.
Al realizarse la audiencia, la sala era un círculo del infierno de Dante: el calor del trópico, una ínfima sala, alrededor de 40 personas, el juez decidió suspender la audiencia aduciendo que al estar presentes personas que apoyaban a ambas partes podrían suceder actos violentos y al no poder vedar el derecho a ninguno de los presentes de estar en la audiencia la suspendería hasta el 16 de abril del 2018.
El Ministerio Público un comparsa más de juego sucio
El Juez Arteaga preguntó a los abogados y al MP si tenían contraargumentos sobre su decisión. El abogado de la CGN Pronico en medio de un discurso melodramático, en donde decía que a pesar que sus representados rusos sufrían y eran víctimas estaban de acuerdo y complacidos con la suspensión de la audiencia.
Los abogados defensores de los pescadores y periodista argumentaron con diferentes artículos de la constitución, entre ellos el que dicta la justicia pronta y cumplida, que la audiencia no debía suspenderse y así cumplir con lo que manda la constitución.
Al llegar el turno del MP a pesar de que la ley estaba siendo claramente torcida se declaró a favor de la decisión del juez. Sin una pizca de vergüenza el representante del MP aprobó y apoyó al juez con la complacencia de los querellantes de la CGN. Ante dos puyas no hay ley que valga. La audiencia se dio por concluida.
En el lago de Izabal mueren peces sin explicación, la comida escasea, la naturaleza muere cada día un poco más, una colonia de rusos se empeña en imponer el poder de sus dólares, la extracción de níquel, el abuso y la prepotencia, un juez acorralado por sus propias decisiones, los pescadores que no pescan y dos periodistas amordazados; otra audiencia que no fue, otra vez la justicia maniatada por la propia ley, la justicia silenciada.
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