Un grupo de comadronas y lideresas de Chimaltenango, recupera saberes ancestrales para promover la salud sexual y reproductiva de las mujeres kakchiqueles desde la visión del buen vivir.
La planificación familiar es considerado un tema tabú dentro de las comunidades indígenas, pero contrario a la creencia este se centra en lo sagrado y no en lo prohíbo, debido a que la sexualidad es asumida como un aspecto natural de la vida.
Hugo Icú, director de la Asociación de Servicios Comunitarios de Salud, explica que los principios de dualidad, complementariedad y armonía guían las prácticas de planificación.
“Hay que quitar el tabú de que las comunidades no están de acuerdo con métodos” agregó Icú, al denunciar que si ha existido resistencia es porque el Ministerio de Salud ha engañado y forzado a las mujeres indígenas a planificar.
“En vez se informar y educar hay imposición y engaño, para forzar a las comunidades en lugar de vitaminas les daban anticonceptivos y (hacían) operaciones sin consulta” expresó.
Para las comunidades indígenas mientras más natural sea el método tendrá mejor aceptación, por ello es conveniente que las estrategias estatales se realicen con pertinencia cultural.
Las comadronas juegan un papel importante en este sentido, pues son ellas quienes atienden a las mujeres en la mayoría de ocasiones, “somos consejeras” manifiesta Ana María Chalí, abuela comadrona.
Según estadísticas, las comadronas atienden la mitad de los partos en el país, por lo que se hace necesario dar continuidad a la implementación de la política nacional de comadronas de los cuatro pueblos.