Los medios comunitarios, han hecho frente a un gremio históricamente dominado y a medios cooptados, buscan darle voz y empoderar a los pueblos.
Emmely Maggien García Coz, actualmente radica en el municipio de Sololá, colabora como corresponsal para Noticiero Maya K’at, Canal Nim Tv, Pueblo Click, Awal Comunicación y Dirección General en Audiovisuales Max Producciones.
Durante años ha lidiado con el acoso, abuso online, discriminación y criminalización, e incluso contra amenazas de muerte debido a su género y al foco de su trabajo, que revela casos de violaciones a los derechos humanos y colectivos.
Ella es solo una de las muchas mujeres periodistas que han sufrido este tipo de trato, el formar parte de colectivos como la Red Maya K´at, le ha permitido protegerse y dar voz a las denuncias y violaciones que se realizan en su departamento. Por eso García nos comparte lo que enfrenta en su ejercicio diario de comunicadora.
¿Cómo inicias en el periodismo? Siempre quise ser periodista, pero es muy complicado por las limitaciones, tanto económicas, como de tiempo al viajar a estudiar, no todos tenemos esa oportunidad; Sin embargo, fue hace como ocho años, durante la tormenta Stan, nos unimos con varios amigos para dar apoyo a los medios locales.
Poco a poco me incluí a talleres, diplomados, más sobre la teoría y la práctica formándome de manera empírica en fotoperiodismo, temas de vocalización, locución y todo lo que nos enriquece en el ámbito periodístico.
¿Por qué le apostas al periodismo comunitario? Desde pequeña note que los temas noticiosos iban de una perspectiva amarillista, las noticias de mayor realce eran de la ciudad capital; no había un ente de información que fuera ameno y contextual, es ahí donde nace la inquietud de hacer algo diferente, de poder incluirme a defender la forma de vida de los pueblos, que se perpetúe la lucha y la integridad.
¿Cuál ha sido su mayor reto como comunicadora? Uno de ellos es porque no somos profesionales, nos etiquetan como medios que no venden ni funcionan por esa razón no recibimos apoyo.
En este caso amo a mi municipio y quiero hacer más por él, pero las personas no dan valor a los procesos de los pueblos comunitarios; el hecho de ser mujer maya indígena en un país que está sometido a un patriarcado. En el caso de Sololá solo conozco a cinco comunicadoras comunitarias.
La intimidación de ser mujer indígena, el riesgo al no tener una protección de los medios, la vulnerabilidad y acoso que existe al esfuerzo que hacen las mujeres.
¿Ha sufrido alguna intimidación o amenaza? Elegí el periodismo comunitario para poder hablar de los temas que se silencian, la defensa del territorio es de mis mayores objetivos, en algunas notas para los medios que me apoyan he mencionado los proyectos que se usan para fines de lucro, por eso hace algunos años tuve amenazas de muerte, acoso en mis redes sociales, de una persona que promocionaba esa obra, incluso tuve una demanda por calumnia, gracias al apoyo de la comunidad y a la alianza de algunos colectivos se retiró la demanda.
¿De qué forma proteges tu integridad física y tecnológica? Al final nunca estamos protegidas, lo que si hago es analizar dos veces antes de publicar; no se puede tapar el sol con un dedo, por tal motivo en algunas ocasiones se llega a la autocensura, buscar alianzas con organizaciones que nos respalden al momento de ser aprehendidos, hacerle caso siempre al sentido común porque lo que está en garantía es nuestra vida.
Fortalecer el conocimiento
Normalmente los comunicadores comunitarios se encuentran en desventaja, para eso es necesario tener redes de apoyo, fortalecer el equipo, darle voz a las experiencias que atentan en contra de su integridad física.
La Federación Guatemalteca de Escuelas Radiofónicas, a través del proyecto del noticiero Maya K´at que es una red con visión de defender los derechos humanos, indígenas y la lucha del territorio. De acuerdo con Maggien García, gracias a ese apoyo desde hace cinco años cuando se sumó como corresponsal se ha fortalecido mediante talleres, en temas de criminalización, conocimientos jurídicos, de redacción y todo lo que suma al periodismo comunitario que le permite informar desde una visión de las mujeres indígenas.