Esperar 20 años para recibir justicia fue la batalla que le tocó dar a Rosa Franco, mamá de Maria Isabel Veliz Franco asesinada cuando tenía 15 años.
El Tribunal de Primera Instancia Penal de Mayor Riesgo “A”, encontró culpable a Gustavo Adolfo Bolaños Acevedo, y lo sentenció a 30 años por asesinar a Maria Isabel Veliz Franco de 15 años, en diciembre de 2001.
Durante 40 minutos los jueces se refirieron a los hechos, hicieron énfasis en la actuación de Gustavo Bolaños, quien acosó insistentemente a la joven, “los jueces encontramos que la adolescente Maria Isabel Veliz Franco conocía al acusado Gustavo Adolfo Bolaños Acebedo, quien de acuerdo a la declaración proporcionada por el testigo Francisco Reyes, la buscaba en el trabajo y la acosaba a tal punto que ella buscaba esconderse”, expresaron.
El proceso fue complejo y difícil para Rosa Franco, quien en un inicio reunió las pruebas suficientes para que el asesino de su hija fuera investigado y condenado, y a su vez, tuvo que enfrentarse a una ola de estigmas y prejuicios contra su hija.
“El caso de Maria Izabel Veliz Franco representa la lucha por conocer la verdad y la búsqueda constante del acceso a la justicia, que se ha hecho posible por la lucha de su señora madre, Rosa Elvira Franco, quien venciendo los obstáculos ha luchado por esclarecer el asesinato de su hija”.
La madre al conocer la resolución tomo la fotografía de su hija en sus manos y la elevó, agradeciendo y pidiéndole a su hija que descanse en paz, “cuesta describir lo que siento, agradecida con Dios, no le deseo el mal a esta persona, solo puedo decir, ni con toda su vida en la cárcel va a pagar el sufrimiento ocasionado a mi hija, a mi familia y a mi persona”, dijo su Rosa conmovida.
Para el Grupo Guatemalteco de Mujeres (GGM), la sentencia es un precedente histórico que permite reconocer que al Estado de Guatemala le falta fortalecer las instituciones que deben velar por los derechos de la niñez, adolescencia y mujeres.
Además, que la lucha por justicia durante dos décadas permite conocer que acceder a la justicia en el país es un privilegio, pero después de exponerse a nivel internacional el caso abrió el camino para que en el país se reconociera la problemática de los femicidios y las formas de violencia contra las mujeres.