Por: Simón Antonio. Entrevista.
Las fotografías tienen más intenciones de las que deja ver lo cotidiano, nuestra forma de vida es un resultado de procesos de evolución desde los asentamientos de los primeros hombres y mujeres que habitaron esta tierra, Mesoamérica. Los ancestros mayas sabían la importancia de dejar registros de su paso sobre la tierra, dejar constancia del tiempo y el espacio, el tiempo es nuestra base cosmogónica, el conteo de los días y el significado de cada uno de ellos y el espacio que ocupa cada elemento de la naturaleza.
Los registros desde siempre han sido trascendentales, cada cultura ha sabido hacerlo a su manera. Los mayas lo hicieron tanto en la escritura como en pintura dentro de sus templos, un ejemplo de ello son los murales de Bonampak que narran historia vivida en su entorno y contexto. La fotografía tiene la misma función que los murales, van más allá de lo estético y dejan indicios que aportan a la historia misma.
Kirinïk quiere dejar indicios en la historia contemporánea de la fotografía, trenzada con la cosmovisión maya desde un enfoque personal. Desatar un diálogo, descubrir la historia expresada en cada imagen, interpretar símbolos, conectar percepciones y dejar vestigios del presente para transportarlos al futuro, y trascender.
Es nuestra tarea reivindicar la fotografía creada desde nuestra perspectiva, aportar para construir, desatar el nudo que nos tapan los ojos, ver como nos ven, vernos a nosotros mismos sin espejos.