Kajkoj Máximo Ba Tiul – Centro de Reflexiones Nim Poqom.
Honduras, es el país de Centroamérica intervenido y controlado por Estados Unidos. Históricamente desde ese país se han preparado intervenciones norteamericanas en todo el continente como la contrarrevolución guatemalteca en 1954. En Honduras, hay bases militares norteamericanas como el de Palmerola, que durante el gobierno de Juan Orlando Hernández, se convertiría en aeropuerto internacional, sin dejar de ser controlada por los militares norteamericanos.
Pero a pesar de eso, el pueblo hondureño siempre ha sido rebelde, ante el acoso y control de los Estados Unidos, por medio de los grupos de poder nacional. En la misma época que en Guatemala, El Salvador y Nicaragua tuvieron movimiento guerrilleros, en Honduras, también existió el movimiento popular de liberación “Cinchonero”, quienes igual fueron reprimidos, con la aprobación del imperio.
Las primeras huelgas que se producen a finales del siglo XIX fue de mineros, que se veían explotados por el capital extranjero, promovidas en ese momento por el presidente Marco Aurelio Soto (1876-1883). También tuvo un fuerte grupo de intelectuales que en ese momento rechazaron el modelo de gobierno liberal, sobre todo por el control que ejercía Estados Unidos sobre la política y economía interna.
Los más importantes intelectuales de esa época fueron Froilan Turcios y Alfonso Guillén Zelaya. Este último en 1944, decía: “que generalmente se ha dado a los guerrilleros el sobrenombre de bandidos o cuando menos de aventureros. Peros estos bandidos llenan la historia y la iluminan con el eterno resplandor de su heroísmo y de su culto, algunas veces contradictorio, pero siempre sincero por la libertada y la justicia”.
Entre los años de 1972 a 1975, se desarrolla un modelo político, que se va a llamar “reformismo militar”, que aprobaron la Ley de Reforma Agraria, que tenía como objetivo dotarle de tierras al campesinado hondureño, porque se consideraba que si esto no se hacía terminaría en un estallido violento la situación en Honduras. Esto no se concretaría, por la constante represión contra los campesinos, como la masacre de Olancho. Con toda esta escalada de represión y la posible influencia de la Revolución Sandinista de 1979 y el desarrollo de la lucha guerrillera en El Salvador y Nicaragua, fortalecen lo que se va a llamar el Movimiento Cinchonero y otros movimiento que se desprendieron de este, pero que igualmente serán reprimidos por el Ejército hondureño y norteamericano.
En Honduras como en otros países de Centroamérica, el sistema democrático ha sido siempre controlado Estados Unidos y por lo consiguiente desde 1980 las elecciones siempre se han desarrollado bajo su mismo control.
Como no es nuestra intención de hacer un ensayo sobre los movimientos sociales de Honduras. El objeto del anterior relato, es para confirmar que el pueblo de Honduras no ha sido un pueblo estático, sino que siempre ha estado en constante movimiento, tratando de construir un sistema político que resuelva los problemas de pobreza, extrema pobreza, exclusión y desigualdad en la que viven la mayoría de su población, quienes tienen que migrar hacia los Estados Unidos, como lo hace mucha población centroamericana.
Después del Golpe de Estado contra Zelaya en el año 2009, impulsado por los poderes políticos hondureños, sectores del Partido Liberal y por el gobierno de Estados Unidos, argumentando violación a la Constitución por el expresidente Zelaya, pero en realidad, lo que motivó su impulso es el acercamiento de Zelaya a Petrocaribe, el Alba y a gobiernos progresistas de la región. Honduras fue sumida en una situación de terror, son muchos los defensores y defensoras de derechos humanos y derechos de la tierra que han sido asesinados, como el caso de Bertha Cáceres, durante el gobierno de Juan Orlando Hernández, un alfil del gobierno de Estados Unidos, para la consolidación del Plan para la Prosperidad, el Proyecto Fortaleza y el Proyecto Indígena en la región.
Proyectos, que aunque sigan diciendo que tiene como objetivo el control de narcotráfico y del crimen organizado, el desarrollo de políticas en beneficio de los migrantes, el verdadero objetivo es la explotación a gran escala de los recursos que hay en los territorios indígenas y para ello se requiere el control político y militar, por eso, el fortalecimiento de las bases norteamericanas en Honduras y la que tienen en el Salvador y proyectar la construcción de la mega base militar en el Petén en Guatemala .
Estas bases militares no solo tiene el objetivo de controlar los movimiento sociales nacionales de Centroamérica, sino desde aquí desbaratar, los proyectos progresistas de la región, como el modelo Venezolano y obstaculizar el regreso de Lula a la presidencia del Brasil, desestabilizar el modelo de la revolución ciudadana en Ecuador, con la cooptación de Lenin Moreno, además de no permitir el desarrollo del capital ruso y chino en la región. Es allí donde se le encuentra el sentido, al fraude electoral a favor de Juan Orlando Hernández. Elecciones pocos transparentes, como lo vemos en los informes de organismos internacionales, que observaron dichas elecciones, en donde afirman que los centros de votación fueron militarizadas.
Hoy la escalada de represión en Honduras, encabezada por militares y policías, y con la participación de militares norteamericanos y el toque de queda, anunciado desde el viernes pasado, que ya ha ocasionado varios muertos, es otra forma que están utilizando para desmoronar todo un movimiento que desde el año 2009 se ha venido fortaleciendo. Pero a la vez, nos confirma que con este modelo de democracia las fuerzas progresistas o revolucionarias de la región, que al tener cooptado o secuestrado los sistemas nacionales, no permitirán cambios profundos en la región y esto vale para nuestros países, que soñamos con sistema más justos y humanos.
La lucha del pueblo hondureño, hay que verlo como una lucha regional. Lo que pasa hoy en Honduras, nos da la pauta de lo que pueda pasar mañana en cualquiera de nuestros países, por eso, Honduras no debe quedar sola. La lucha del pueblo hondureño, debe ser nuestra lucha. Aunque es poco probable que suceda, pero aquí lo más sano es que Estados Unidos deje de pensarnos como su patio trasero.
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