Por: Juan Pablo Montenegro.
Una delegación de la Federación Guatemalteca de Escuelas Radiofónicas -FGER- visitó la Embajada de Cuba en Guatemala para rendir tributo a Fidel Castro Ruz, máximo líder de la Revolución Cubana.
El licenciado Walter Cuc, director ejecutivo de FGER, extendió las muestras de condolencias al Embajador de Cuba en Guatemala el Sr. Carlos De Céspedes Piedra.
Posteriormente, procedió a firmar el libro de condolencias y hacer entrega de una ofrenda floral en memoria de Fidel Castro.
¿Cómo avanza la Caravana de la Libertad en Honor a Fidel Castro?
Hoy por la noche la caravana con las cenizas del líder de la Revolución Cubana arribará a la provincia de Granma donde será homenajeado, lugar donde se ubicaba un cuartel que fue atacado el 26 de julio de 1953, acción dirigida por Fidel Castro.
El próximo 4 de diciembre las cenizas serán depositadas en el cementerio Santa Ifigenia, lugar donde se encuentran los restos de José Martí.
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Por: Mariam Escobar.
Como parte del tributo al Comandante en Jefe la Embajada de Cuba en Guatemala ha decretado 9 días de duelo Nacional por lo que la Bandera Cubana permanecerá a media asta, durante estos días. La embajada, abrirá Libro de condolencias que podrá ser firmado por quien desee expresar sus sentimientos hacia el líder revolucionario, gobierno o pueblo cubano.
Por: ALER.
La Asociación Latinoamericana de Educación y Comunicación Popular, ALER, manifiesta pesar por el fallecimiento de Fidel Castro y celebra su vida al servicio de su pueblo, de los necesitados y de las causas justas.
Murió Fidel Castro pero a nuestro criterio la noticia para el mundo es que Fidel sigue vivo en su pueblo y en todos los que luchan por la justicia, la dignidad y la emancipación de los pueblos. Fidel Castro demostró que las utopías son posibles.
ALER, sus emisoras socias, redes y Centros de Producción, valoramos su ejemplo de solidaridad y coherencia, sus principios y valores, que queremos mantener vigentes.
Leonel Herrera Lemus.
Presidente ALER.
Adiós Fidel – Radialistas.net
Hacemos nuestras las palabras del gran Eduardo Galeano para despedirnos de Fidel Castro fallecido este 25 de noviembre de 2016.
Sus enemigos dicen que fue rey sin corona y que confundía la unidad con la unanimidad. Y en eso sus enemigos tienen razón.
Sus enemigos dicen que si Napoleón hubiera tenido un diario como el “granmma”, ningún francés se habría enterado del desastre de Waterloo. Y en eso sus enemigos tienen razón.
Sus enemigos dicen que ejerció el poder hablando mucho y escuchando poco, porque estaba más acostumbrado a los ecos que a las voces. Y en eso sus enemigos tienen razón.
Pero sus enemigos no dicen que no fue por posar para la Historia que puso el pecho a las balas cuando vino la invasión, que enfrentó a los huracanes de igual a igual, de huracán a huracán, que sobrevivió a 637 atentados, que su contagiosa energía fue decisiva para convertir una colonia en patria, y que no fue por hechizo de Mandinga ni por milagro de Dios que esa nueva patria pudo sobrevivir a 10 presidentes de los estados unidos, que tenían puesta la servilleta para almorzarla con cuchillo y tenedor.
Y sus enemigos no dicen que Cuba es un raro país que no compite en la copa mundial del felpudo.
Y no dicen que esta revolución, crecida en el castigo, es lo que pudo ser y no lo que quiso ser. Ni dicen en gran medida el muro entre el deseo y la realidad fue haciéndose mas alto y mas ancho gracias al bloqueo imperial, que ahogó el desarrollo de una democracia a la cubana, obligó a la militarización de la sociedad y otorgó a la burocracia, que para cada solución tiene un problema, las coartadas que necesita para justificarse y perpetuarse.
Y no dicen que a pesar de todos los pesares, a pesar de las agresiones de afuera y de las arbitrariedades de adentro, esta isla sufrida pero porfiadamente alegre ha generado la sociedad latinoamericana menos injusta.
Y sus enemigos no dicen que esa hazaña fue obra del sacrificio de su pueblo, pero también fue obra de la tozuda voluntad y el anticuado sentido del honor de este caballero que siempre se batió por los perdedores, como aquel famoso colega suyo de los campos de Castilla.
Eduardo Galeano “Espejos”.