Foto: María Guarchaj

#Guatemala | Pablo Montenegro – Noticiero Maya K’at. Con información de María Guarchaj.

El 31 de enero de 1980 el estado de Guatemala hizo callar a 37 personas que acudieron a la sede de la Embajada de España a denunciar las masacres que cometía el ejército en el Quiché, departamento ubicado en el Nor Occidente del país. La Policía Nacional recibió la orden del General Fernando Romeo Lucas García, mandatario de aquella época, que se controlara la situación.

José Yoz, hijo de una de las víctimas de la mascare en la Embajada, explica que su papá: Juan José, se dedicaba a la agricultura pero, pese a su esfuerzo, el pago por su labor no era reconocida de forma digna. Esto le motivo a sumarse a las personas que llegaron a manifestar a la sede diplomática para denunciar la situación y exigir mejores condiciones. Sin embargo, narra que la muerte fue lo único que encontró.

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«Esa sangre jamás se nos olvidará» manifiesta una de las personas que viajó desde el municipio de Uspantán para recordar a las víctimas de la masacre. Alza su voz para desmentir a quienes dicen que los mártires tomaron la sede diplomática portando armas.

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Pronunciamientode la Fundación Rigoberta Menchu a 42 años de la quema de la embajada de España en Guatemala.