¡RENDIRNOS JAMAS! (DOCUMENTO PARA EL DEBATE)
#Opinión | Kajkoj Máximo Bá Tiul[2] – Centro de Reflexiones Nim Poqom.
¿Cuándo dejaremos de regar nuestra sangre, para que unos pocos holgazanes, ladrones, usurpadores y corruptos, se enriquezcan con nuestros recursos? Mientras los pueblos riegan su sangre para defender el país, gobiernos corruptos, como el de Giammattei, se ponen como alfombra ante el capital transnacional. Lo han hecho todos los gobiernos, desde el gobierno de Gálvez hasta el de hoy, siempre han servido a ese capital, desfavoreciendo a las comunidades indígenas que viven en los territorios.
El Golfo Dulce, como se conoció lo que después se llamó Río Dulce y Lago de Izabal, fue apetecido primero por los españoles que llegaban de México para invadir Guatemala, la región centroamericana y América del Sur. Por ese puerto pasaron los españoles en barcos, para seguir con su ambicionada conquista por todo el continente de América Latina. Por ese puerto salieron las embarcaciones de madera preciosa que fueron a parar a iglesias, mansiones, teatros, palacios de España, Portugal, Inglaterra, Holanda. Por allí, embarcaron recursos de nuestros territorios para fortalecer la riqueza de Europa.
Las crónicas de la colonia, dicen que ese lugar era territorio de Ch’oles y Lakandones en un primer momento y posteriormente territorio Q’eqchi’. Como es común en todo ese territorio, que está rodeado de la Sierra de las Minas y la Sierra de Santa Cruz, fue refugio de comunidades de pueblos originarios que venían huyendo de la represión española y luego de la evangelización dominica. Por lo tanto, desde su origen es territorio de pueblos originarios a quienes el Estado desde su creación los ha invisibilizado.
Los pueblos originarios, desde la instalación del Estado Colonial en Guatemala, trataron de entender su dinámica y utilizando los mecanismos impuestos por el mismo Estado y su sistema de gobierno, trataron de incorporar ciertos elementos de su vida originaria, para defender su vida y su territorio. Pero ha podido más el Estado como aparato represor, que las buenas intenciones de los pueblos.
Solo basta ver el archivo de Centroamérica y otros archivos a nivel nacional y del mundo, para saber cómo los pueblos han reclamado y vuelto a comprar lo que es históricamente suyo, si enumeramos las múltiples veces que los pueblos han comprado sus tierras y territorios para evitar el derramamiento de sangre. Pero compra que hacen, despojo que construye el Estado.
Ha podido más la ambición y el salvajismo del capitalismo y del neoliberalismo, que teniendo como valor la corrupción y el crimen, no le importa derramar sangre indígena. Para los indígenas este sistema es de muerte y por eso se le rechaza.
“La voracidad del capitalismo por despojo deja por detrás un ambiente de destrucción, pobreza, enfermedades, desplazamientos forzados y migración hacia el norte. La experiencia de este cuarto de siglo deja en claro que la paz no se logra únicamente con el diálogo, las negociaciones y los acuerdos. Tampoco se alcanza realizando reformas blandas. Los movimientos sociales señalan que hacen falta cambios estructurales y para ello es preciso acabar con el colonialismo”[3]. Como dice Leonardo Boff, “embriagados por su ignorancia y su codicia ilimitada (greed is good), nos llevarán como inocentes corderos al matadero”[4].
En el marco de este capitalismo salvaje y de muerte, nace la revolución industrial desarrollada en Inglaterra entre los años de 1760 y 1840. Hoy esta industrialización fortalecida con el neoliberalismo, está haciendo cada vez más estragos en territorios indígenas. Cuántas comunidades de pueblos originarios han desaparecido, en todo el mundo, la Amazonía como uno de los ejemplos más sonado. Con la supuesta idea del “desarrollo verde”, que no es más que un distractor, y con el desarrollo de energías renovables y en armonía con la naturaleza, los grandes dueños y señores del capitalismo, como los “jinetes del apocalipsis”, siguen arremetiendo en contra de comunidades pobres en todo el mundo, incluyendo Guatemala.
Hoy es “práctica común que los países y las transnacionales imperialistas echen mano de los recursos humanos y naturales de los países débiles y económicamente atrasados sin reparar en los medios, haciendo uso de la fuerza y la ocupación militar, especialmente cuando aquéllos son de primera importancia y de valor estratégico para la economía y el sustento de la gran industria, en especial la bélica” (Vargas Foronda; 1984:41).
Por los recursos que hay en nuestro territorio, nos coloca en la mira de cualquier imperialismo. “Guatemala, país potencialmente rico, tiene en sus entrañas las siguientes materias primas: níquel, petróleo, hierro, plomo, cinc, cromo, cobre, antimonio, tugsteno, yeso, oro, plata, manganeso, mercurio, titanio, cadmio, asbesto, baritina, bentonia, roca de carbonatos, cal, arcilla, mica, cristal de cuarzo, sal, mineral y azufre” (Ibidem;1984:42).
Nuestro país tiene muchas limitaciones para el manejo de estos recursos, no tiene la capacidad de orientarlos para el beneficio de los guatemaltecos. Ya Alfredo Guerra Borges, citado por Vargas Foronda, decía, que “es lamentable el estado que tiene los conocimientos biológicos… pero no ha habido ningún gobierno que haya tenido una orientación definida sobre el particular, y que haya decidido poner los recursos necesarios a disposición de programas de investigación geológica en nuestro país” (Ibidem;1984:42). Sobre este último es importante, porque se ha denunciado muchas veces; el Centro Universitario del Norte de la USAC (CUNOR) tiene la escuela de Geología, pero no se les enseña a los estudiantes hacer investigaciones para el beneficio del país, sino para el gran capital y para insertar al país, mediante la explotación de minas, en el mundo globalizado, sin tomar en cuenta las decisiones de las comunidades indígenas.
Para 1945, ya había interés de los países imperialistas por la explotación de recursos naturales en el país. En ese año la Foreign Economic Administration, elabora un informe poniendo énfasis en el estudio de minerales a ser explotados. “Los resultados de esta investigación como las otra subsiguientes nunca se han conocido a profundidad ni por los gobiernos ni por los ciudadanos” (Ibidem; 1984:43). Desde esa fecha hasta acá, los sucesivos gobiernos de Guatemala, cuentan con información ilimitada de los recursos que contamos, pero los países imperialistas, sí tienen buena información y saben que es lo que pueden explotar. Además, teniendo de su lado leyes muy frágiles como las nuestras y con gobiernos totalmente controlado por un grupo de criminales y corruptos, que, junto al narcotráfico, solo les interesa el enriquecimiento ilícito, y a cambio de prebendas, regalan y negocian los territorios de los pueblos indígenas, violando toda clase de normas, como el Convenio 169 de la OIT.
La extracción de níquel en El Estor comenzó en la década de 1950 cuando un ganadero local envió muestras de suelo muy prometedoras a Hanna Mining Company. Después de permitir que los ejecutivos mineros reescribieran virtualmente el código minero nacional en 1965, el gobierno de Guatemala otorgó una concesión minera de níquel por 40 años a EXMIBAL, una subsidiaria de Canadian International Nickel Company (INCO Limited of Canada)[5].
“EXMIBAL, se constituyó en julio de 1960 y en un 80 por ciento pertenecía a la International Nickel Company of Canada Limited (INCOP) y en un 20 por ciento a la Hanna Mining Company. Es necesario aclarar que desde 1956, durante el gobierno inconstitucional de Castillo Armas, la Hanna Mining Company y la International Nickel Company habían adquirido, a través de distintas concesiones, licencias de exploración sobre una extensión de 385 kilómetros cuadrados” (Ibidem; 1984:44).
“En los años de la guerra, EXMIBAL anunció la suspensión de las actividades por el nivel en el que estaba la guerra, además se encontraba con un escenario político inestable propio de la corrupción y el robo de elecciones entre Kjel Eugenio Laugerud García y Rios Montt. Aunque igual EXMIBAL había participado en la campaña de pacificación impulsada por Méndez Montenegro y no se había decidido a apoyar una nueva campaña de pacificación, entendida como campaña militar, como la encabezada por Carlos Arana Osorio” (Ibidem; 1984:45), en toda la región nor oriental, sobre todo en la Sierra de Las Minas.
“Tan pronto como el general Carlos Arana Osorio inició su gestión el 1.º de julio de 1970, reabrió el caso de EXMIBAL y empezó a trabajar para cederle la concesión; pero numerosos sectores sociales se opusieron a la misma, ya que argumentaban que resultaría muy onerosa para el país. Uno de los principales opositores fue la Comisión que la Universidad de San Carlos creó para analizar el asunto; entre los miembros de la comisión estaba el licenciado Oscar Adolfo Mijangos López, para entonces diputado en el Congreso, el respetado guatemalteco Alfonso Bauer Paiz, reconocido intelectual y exmiembro de los gobiernos de Juan José Arévalo Bermejo y de Jacobo Árbenz Guzmán, y Julio Camey Herrera. Camey Herrera y Bauer Paiz fueron atacados a tiros en noviembre de 1970: Camey murió a consecuencia de sus heridas, y Bauer Paz, herido, tuvo que salir al exilio”[6].
“El 8 de mayo de 1971 el gobierno de Arana Osorio finalmente otorgó la concesión a EXMIBAL; esta cubría 385 kilómetros cuadrados en el área de El Estor, con una inversión inicial de US$228 millones. La mina, construida en las montañas de los indígenas Q’eqchi incluía un complejo residencial de 700 casas, numerosas oficinas, un hospital, un pequeño centro comercial, escuela, una cancha de golf y una gran área de procesamiento industrial”[7]
“De acuerdo con Bauer Paiz, las concesiones de explotación se otorgaron en una época en la que en el país no regía ninguna Constitución pues gobernaba el presidente de facto Enrique Peralta Azurdia con poderes dictatoriales amparado únicamente por una Carta de Gobierno, quien aprobó el Código de Minería que habían redactado personeros de INCO/EXMIBAL en 1965. Según Bauer Paiz, «las anomalías que se registraron en el trámite de los expedientes; la vinculación indudable de algún funcionario de la Dirección de Minería con EXMIBAL; la gran importancia estratégica del níquel; la no disimulable preocupación de INCO en el texto del Código de Minería y la falta de conocimiento que tuvo la ciudadanía guatemalteca respecto a la preparación y puesta en vigor del Decreto-Ley 342, Código de Minería, son presunciones graves a favor de la tesis, de que tal legislación es […] hecha a la medida de EXMIBAL y sus afiliadas o matrices«”[8]
Hoy El Estor, así como unos años atrás fue Sipakapa, Ixtahuacán, la Puya, Río Dolores, San Mateo, Cotzal, Nebaj y San Juan Sacatepéquez, es reprimido por el Estado Criollo de Guatemala. Una represión que se hace en nombre del capitalismo, el neoliberalismo, el extractivismo. En nombre de los Tratados de Libre Comercio, de acuerdos bilaterales y multilaterales de inversión. Se hace para favorecer a empresas nacionales e internacionales.
El Estor es reprimido para quedar bien con GCN-PRONICO, miembro de Solway Investment Group, de capital suizo, ruso y canadiense. Así como no importó reprimir a las comunidades indígenas, para quedar bien con la empresa canadiense GOLD CORP o con otras empresas como ENEL. También se reprime para quedar bien con la burguesía guatemalteca, como la represión de San Juan Sacatepéquez para favorecer a Cementos Progreso, antes Cementos Novella. Así como se va a desalojar comunidades para quedar bien con ACDEPRO, finqueros de la Verapaz y el CACIF. También se ha reprimido y matado para quedar bien con Multi Inversiones y así construir una red de hidroeléctricas en Alta Verapaz, como el complejo RENACE.
Ahora no es por EXMIBAL, pero la práctica sigue siendo la misma. El Proyecto Fenix es una planta de producción de ferroníquel totalmente integrada en el este de Guatemala, desarrollada por primera vez en 1960. En 2011, Solway Investment Group compró el 98,2% del proyecto a la empresa canadiense HudBay Minerals y dio un nuevo comienzo al proyecto. Hoy, el Proyecto Fenix está compuesto por una mina de níquel de clase mundial, una planta de energía recién construida y la instalación de procesamiento de metales ProNiCo. El proyecto tiene derechos mineros sobre 36,2 millones de toneladas de reservas de mineral de níquel con 1,86% de níquel, así como derechos sobre 70,0 millones de toneladas adicionales de recursos dentro de su área de licencia. En 2014, la planta de ProNiCo comenzó a operar, y actualmente está avanzando para operar a su capacidad de producción de más de 20 kt de níquel por año (…) Fenix, que utiliza la moderna tecnología de proceso RKEF, fue construido por Solway entre 2011-2014. La planta ha estado operativa desde mayo de 2014. En la actualidad, el proyecto produce más de 1.000 toneladas métricas de níquel en ferroníquel cada mes”[9].
Como todas las empresas que operan en el país y en América Latina, se dicen llamar responsables y generadores de empleo. Convencen a las comunidades con la reparación de carreteras, pintar escuelas, donar escritorios, construir centros de salud, apoyar el deporte para convencer a los más jóvenes, e introducir siembra de nuevos cultivos, supuestamente para apoyar programas de alimentación.
Se presentan y con esto convencen a los inversores, que cuidan y protegen el ambiente. Regalando o sembrando algunos arbolitos, apoyan programas educativos ambientales, en donde participan muchas organizaciones y ONGs. Apoyan la formación de profesionales, con pequeñas becas y los convencen para hacer voluntariados que sirven para ir a convencer a las demás comunidades.
Fenix y ProNiCo, en su página web se promociona como el mayor empleador local, porque brinda trabajo a más de 1900 personas. Pero no dice si son empleos permanentes o temporales, o cuántos de ellos son mano de obra calificada y cuantos son mano de obra barata. Son en su mayoría de esta última clasificación, sobre todo porque se evade la responsabilidad de pago de prestaciones y otros beneficios que debe tener el trabajador de acuerdo al Código de Trabajo.
En cuanto al trabajo, estas empresas (mineras, hidroeléctricas, mono cultivos, etc), no garantiza trabajo permanente, solo temporal, además no permite la organización de los trabajadores, particularmente en sindicatos, si no que se vale de contratistas, al estilo de las cuadrillas (forma de llevar trabajadores a las fincas). Una persona se encarga de reclutar gente para ir a trabajar a la compañía y este es quien negocia el pago y adquiere un porcentaje como comisión según la cantidad de trabajadores que lleve para trabajar: “Esto regresando de la hidroeléctrica en Cotzal, llevé una cuadrilla de trabajadores. Gano un porcentaje por cada trabajador que llevo y el trabajador también me da otro porcentaje por hacerle el favor de incluirlo en la lista”[10].
Con esta práctica de reclutamiento de trabajadores, la empresa evade su responsabilidad con el trabajador, siendo este último el explotado con su trabajo, pero es manipulado para que defienda la existencia de la mina, como sucede hoy con situación de El Estor, que hay un grupo que defiende la mina en contra de toda una gran población que se opone a ella.
La situación de El Estor y de otros lugares de ese territorio (Alta Verapaz e Izabal) con las diferentes empresas y fincas es de larga data. Ningún gobierno ha querido resolverlo, porque su interés siempre ha sido el enriquecimiento ilícito. No les importa las secuelas que este tipo de inversión deja para las comunidades.
Cuando comenzó a operar EXMIBAL no se había desarrollado la legislación internacional en materia de pueblos indígenas, además había continuidad de la idea de que el indio era un problema. Por otro lado, el país tenía gobiernos dictatoriales y militares, en donde el método que se utilizaba era reprimir, ejecutar y desaparecer a quienes se oponían a la explotación de los recursos. Estábamos en plena guerra fría, en donde el enemigo era un comunista, un insurgente y entonces se promovió la tierra arrasada o el desplazamiento de comunidades enteras para dejar libre el acceso a los territorios a los dueños del capital: empresas, finqueros, narcotraficantes, etc.
Los pueblos originarios, desde siempre han utilizado para presentar sus demandas las normas mismas de la democracia burguesa. Utilizando los cánones respectivos que da la “supuesta sociedad civilizada”, sin embargo, esto no ha sido suficiente, porque a pesar de estar desarrollada la normativa de derechos humanos y los derechos de los pueblos indígenas, estos han sido poco observados y cumplidos por los gobiernos de turno.
En nombre del “desarrollo” se mata. Como decía un embajador de Alemania en Guatemala, cuando acompañamos a comunitarios de río Dolores a presentar una queja sobre la inversión de KFW en la construcción de la hidroeléctrica Santa Rita: “para construir el desarrollo a veces debe correr sangre”. Esa es la lógica del capitalismo y que choca con la lógica de los pueblos indígenas.
Tampoco es cierto que hasta ahora los pueblos indígenas han reclamado su territorio[11], eso ha sido desde los años próximos a la invasión española, lo que pasa es que en los últimos años del siglo XX y principios del siglo XIX, la campesinización de los indígenas, creó condiciones desfavorables para tener sus tierras y con los embates del neo extractivismo, la situación se ve mucho peor, los territorios siempre han sido disputados y los vemos en documentos antiguos que tienen las comunidades. Ese fue el objetivo de suprimir las tierras comunales en la reforma liberal, por eso, les quitaron sus títulos de propiedad a hombres y mujeres indígenas antes de ser torturados y acusados de ser guerrilleros en la zona militar de Cobán. Ahora muchas de esas tierras están en manos de ex comisionados, ex patrulleros de autodefensa civil y ex militares.
Hoy una minera, suspendida por la Corte de Constitucionalidad en el 2019, condiciona a Giammattei y a la institución de seguridad para que reprima a una parte del Pueblo Q’eqchi’. Así como ha sido ya costumbre en los últimos gobiernos al ponerse de alfombra ante el capital transnacional.
Los pueblos originarios han sido reprimidos por reclamar el derecho a su tierra y territorios y esto comienza desde la instalación de Pedro de Alvarado en nuestro territorio, como el asesinato de Kaji Imox y Belejeb’ Tz’i, Oxib’ Kej y Belejeb’ Kat, Kaib’il B’alam en los primeros años de la colonización, y a partir de ahí podemos hacer una lista de hechos en contra de los pueblos originarios por parte del Estado Colonial, pero no es nuestro interés ahora, solo queremos presentar algunos ejemplos que demuestran que este Estado ha sido tan criminal en contra de los pueblos originarios desde sus inicios.
En los últimos años, toda la política de tierra arrasada, la masacre de Panzós, la Masacre de la Embajada de España, las masacres a lo largo y ancho del río Cahabón y del Río Polochic, las masacres en toda la Sierra de Chamá y Sierra de Pampakche, nos demuestran que el Estado criollo, colonial, criminal y salvaje de Guatemala, al estar al servicio de la corrupción, del gran capital, del narcotráfico, ha visto a las comunidades como insurgentes, comunistas y delincuentes.
Uno de los recursos que el Estado guatemalteco ha utilizado para distraer las demandas indígenas es el diálogo[12]. Supuestamente es uno de los mecanismos cuando se vive en democracia y se valora la participación de todos, pero en el caso guatemalteco, siempre han sido para distraer y dilatar las demandas de pueblos indígenas y campesinos. En muchos casos, las mesas de diálogo solo han servido, en primer lugar, para conocer a los dirigentes, a fin de criminalizarlos o comprarlos, en segundo lugar, para iniciar todo un proceso de persecución, incluso hasta la cárcel o lo que ha sido común, que mientras se está en el diálogo, el gobierno, las empresas, finqueros, etc., están diseñando el desalojo y negociando cuando le toca a cada quien. En el primer desalojo que sufrió la comunidad de San Valentín, un policía ya con sus tragos decía: “el finquero está enojado porque no se realizó el desalojo y perdió mucha plata, le tuvo que pagar al juez, al fiscal, al ministro de gobernación y además nos tuvo que dar de comer a todos nosotros, para que estuviéramos más de tres días aquí”. En el desalojo en el año 2015, en contra de la comunidad Monte Olivo, de Río Dolores, “el finquero y los dueños de la hidro Santa Rita, también estaban enojados porque no se había consumado el desalojo y había entregado mucha plata al juez, al fiscal, a periodistas, al ministro de gobernación, etc.”.
Entonces un proceso de represión contra las comunidades también es un negocio grande para el aparato gubernamental y por esto, ponen su mayor esfuerzo para que salgan bien. Por eso, cuando llega el primer contingente de policía, lo primero que hacen es supuestamente llamar al diálogo y de una manera amenazante, como lo hizo el gobernador de Izabal, antes de comenzar a tirar bombas en contra de la población Q’eqchi’ “les doy quince minutos para que se retiren”. Una mujer le contesta: “acaso es Usted “Dios”, solo él sabe que tenemos que hacer, además si cree en Dios como Usted dice, no le da pena matar a mujeres y niños”.
Lo cierto, es que el Estado colonial-criollo guatemalteco, no le interesa la vida de los pueblos indígenas, lo que le interesa es “el dinero”. Ese dinero que está en juego, por lo que están negociando con quien pide el desalojo, en este caso CGN. No hay clemencia, no hay perdón, porque quien manda es el capital y sobre todo ahora que estamos siendo gobernados por un equipo de corruptos y criminales, la vida de los pobres, de los indígenas, no es importante, lo que importa es cómo ellos salen más ricos de este lugar. Por eso, ellos (los grupos de poder), aunque saben que es ilegal, van hasta las últimas consecuencias, utilizando los Estados de Sitio o las masacres sin importar si hay niños, niñas, ancianos, ancianas, mujeres, etc. Sin importar si son pobres o no.
A los grupos de poder, no les importa violar las normas nacionales e internacionales en materia de derechos humanos y derechos indígenas. Les importa poco las recomendaciones de expertos y relatores temáticos y especiales de Naciones Unidas (ONU), la Organización de Estados Americanos (OEA) y de otros organismos internacionales, sobre la situación de empobrecimiento de la gente. Ni siquiera les importa ser parte de esos mismos organismos internacionales. Del mismo modo, la contaminación, el cambio climático y el despojo de tierra y territorio por las empresas, tampoco es de importancia, porque los indígenas y pueblos originarios siguen sin ser reconocidos como verdaderos ciudadanos, al igual que estas problemáticas que los afectan a ellos primero.
Ellos saben que, en este caso, la Mina Fénix está operando ilegalmente. Saben que están violando el Convenio 169 y otras normas internacionales, tanto de derechos humanos, como de pueblos indígenas, así como en materia de medio ambiente. Pero vale más la plata del soborno y la corrupción que la vida de los pueblos.
El Estor está militarizado por la aplicación del Estado de Sitio. El gobierno los decreta por su incapacidad de proteger a los ciudadanos, como en el 2019, por la muerte de tres militares en Semuy II y en este 2021 para proteger a la empresa minera. Después puede ser para proteger a las empresas de Palma Africana y así sucesivamente. O como sucedió en el Polochic, en el año 2011, cuando fueron desalojados cientos de campesinos, solo para darle la razón al ingenio Chabil Utz’aj[13], sin importarle la vida de indígenas Q’eqchi y Poqomchi que vivían a orillas del río Polochic.
Siendo la región una de las más pobres de Guatemala, las autoridades (alcaldes, gobernadores, diputados, presidentes, jueces) incluso algunos COCODES, ha cedido su dignidad al gran capital, sin importarles el grado de vulnerabilidad en la que se viven las comunidades. Solo por poner un ejemplo, El Estor, según el censo del 2002, tiene un Índice de Desarrollo Humano de 0.550, el 91% de su población es maya y aproximadamente un 80% o 90% vive en pobreza[14] y probablemente también en extrema pobreza.
Como afirmamos en párrafos anteriores, cuando la empresa dice que es la mayor fuente de trabajo en el municipio, es una mentira, pero si este fuera cierto, de los más de mil empleos que genera, se puede calcular que el 70% de los trabajadores son trabajadores para el chapeo, tala de árboles, arreglo de carreteras, entre otros, porque los trabajadores especializados no son de la región, solo basta ver, quienes van a comer a los comedores del Estor e Izabal. Otro porcentaje de trabajadores son contratistas que llegan de otros lugares del país. “A los extranjeros se les paga entre US$3 mil y US$5 mil por mes y los guatemaltecos mejor calificados no ganarán más de Q5 mil”[15]. Esto quiere decir, que no es cierto que la presencia de la empresa en el Estor, haya ayudado a bajar el índice de pobreza, al contrario, la pobreza sigue en aumento y con ello también el licor, las drogas, la prostitución, violaciones, entre otros.
Entonces desde la EXMIBAL hasta CGN, lo que han dejado para la región y para el país además de pobreza y extrema pobreza, son la violencia, asesinatos y evasión de justicia. Por mencionar algunos casos: El asesinato de Fito Mijangos, la Masacre de Panzós, el exilio de muchos compatriotas que se han opuesto a la explotación minera sin control, el asesinato del profesor Ich Chaman, el asesinato de los estudiantes de la Universidad del Valle de Guatemala (UVG), que sigue sin esclarecerse con complicidad no solo del sistema de justicia sino de la misma Universidad. La explosión de las instalaciones de la mina, que igual quedó en la impunidad, aunque hubo sobornos para las víctimas. La contaminación del lago de Izabal, y de otros nacimientos de agua que utiliza la gente para vivir, la muerte de un pescador y la persecución criminal contra la Gremial de Pescadores Artesanales. La compra de los medios corporativos: circuito Alba, Guatevisión, Prensa Libre, Emisoras Unidas y otros medios de la región, como la creación de Facebook, grupos de Whastsap, Instragram, para difamar las justas demandas de los pueblos. La censura y control a la libertad de expresión a medios comunitarios y alternativos y la persecución penal contra periodistas comunitarios. La violación a una sentencia de la Corte de Constitucional que debería ser cumplida totalmente. La compra de voluntades de líderes y lideresas comunitarias, causando una gran división en las comunidades, organizaciones sociales y en el pueblo Q’eqchi’ de El Estor.
En conclusión, como lo dijera Eduardo Galeano, siendo Guatemala un país ocupado, este ha sido escenario, con la venia de gobiernos corrupto y criminales, de empresas nacionales e internacionales que se han apoderado de los territorios indígenas para saquear sus recursos y así enriquecer a los países del primer mundo, dejando a las comunidades indígenas en situaciones de miseria. El Estor y las demás resistencias de los pueblos, solo están recuperando lo que es de ellos. Los pueblos no son usurpadores, son dueños de los territorios. Los pueblos solo le están haciendo un favor al mundo, porque al no dejar saquear sus recursos, están contribuyendo para que los efectos del cambio climático (donde se incluye el calentamiento global) se amortigüen en el país y el mundo. Si tan siquiera los burgueses y criollos nacionales e internacionales, dueños de empresas depredadoras, entendiera que el paradigma de los pueblos es de vida y no de muerte, se podría llegar a acuerdos. Pero la ambición de los dueños del capital, hace que las propuestas de los pueblos sean criminalizadas. La ambición de los dueños del capital y los gobiernos, los impulsa a llevar muerte y miseria a las comunidades. No es cierto que la explotación de minería, la producción de palma africana, las hidroeléctricas y demás formas de explotación de los recursos traiga beneficio para los pueblos. Si así fuera, ya dejaríamos de ser pobres, ya no tendríamos niños y mujeres muriéndose de desnutrición, todos tendríamos acceso a una buena educación y a un sistema de salud. Por lo tanto, el desarrollo como la democracia que impulsa el capitalismo es de muerte.
De allí que el único camino; es fortalecer las resistencias y las rebeldías y construir las autonomías de hecho, porque ya hemos visto que pretender hacer los cambios bajos los cánones de la democracia, sin importar si es participativa, representativa o comunitaria, es una falacia. Para eso, hay que “tomar en cuenta muchas cosas: las condiciones objetivas, la madurez de las condiciones subjetivas, la correlación de fuerzas, la crisis del imperialismo, la crisis del socialismo, etcétera, etcétera”[16], porque sin ésta reflexión, puede ser que El Estor pueda quedar en el olvido como ha sucedido con otro hechos más en nuestro país.
[1] Uno de los municipios del departamento de Izabal, se ubica a una distancia de 305 kilómetros de la ciudad capital de Guatemala y a 120 de la cabecera departamental, su clima es cálido y tiene una población mayoritariamente indígena.
[2] Maya Poqomchi, antropólogo, filósofo, teólogo, profesor universitario.
[3] https://rebelion.org/militares-asaltan-el-congreso-exigiendo-indemnizacion/, visto ultima vez el 25 de octubre de 2021.
[4] https://amerindiaenlared.org/contenido/20504/el-gran-senuelo-el-capitalismo-verde/%22/
[5] https://web.archive.org/web/20141006082651/http://www.minesandcommunities.org/article.php?a=7057
[6] https://es.wikipedia.org/wiki/EXMIBAL#CITAREFComisi%C3%B3n_de_Derechos_Humanos_del_Arzobispado1999
[7] ibidem
[8] https://hoyhistoriagt.org/2021/01/13/12-de-febrero-de-1971-convenio-con-exmibal/
[9] https://solwaygroup.com/our-business/fenix-project-guatemala/
[10] Plática en el 2019 con un contratista que regresaba de dejar un grupo de trabajadores a Cotzal.
[11] https://lahora.gt/de-la-tierra-al-territorio/, visto ultima vez el 27 de octubre de 2021
[12] https://cmiguate.org/cuando-las-mesas-de-dialogo-solo-distraen/, visto última vez el 28 de octubre de 2021.
[13] https://www.albasud.org/noticia/es/283/valle-del-polochic-ni-la-cana-de-azucar-ni-la-palma-africana-nos-alimentan, visto última vez el 28 de octubre de 2021.
[14] https://www.prensalibre.com/opinion/columnasdiarias/el-estor-simbolo-de-pais/, visto ultima vez el 28 de octubre de 2021.
[15] https://www.plazapublica.com.gt/content/niquel-muerte-y-contaminacion-en-el-estor, visto última vez el 28 de octubre de 2021.
[16] https://enlacezapatista.ezln.org.mx/1994/04/10/la-historia-de-durito/, visto última vez el 29 de octubre de 2021.