El martes 5 de marzo Francisco Hérrera Pérez pudo cerrar un ciclo de ausencia extendida por más de treinta años, finalmente pudo ver de nuevo y abrazar a su hermana Margarita que vive en Retalhuleu. Francisco vive en Quiché y el fin de semana pudo volver a ver a su hermana María y Jerónimo, quienes viven en Suchitepéquez, a quienes no veía desde 1988.
La guerra los separó pero la esperanza de ver de nuevo a sus seres queridos permitió que Francisco hiciera contacto con la Liga Guatemalteca de Higiene Mental, institución humanitaria que desde el inicio acompañó a Francisco para que finalmente pudiera fundirse en un abrazo con su hermano y hermanas.