#Opinión Safira Velásquez – Ceppas Guatemala.
El enfoque de nuestra mirada analítica se dirige a los medios de comunicación tradicionales para esbozar la dinámica de difusión e influencia que tienen sobre la cultura en la sociedad. Además de puntualizar en los mass media y su papel abriendo o cerrando caminos hacia la cultura libre.
Los medios de comunicación masiva alimentan ¿la cultura?, ¿un encuentro de culturas?, ¿una transculturación?, ¿una incultura?, ¿un deterioro de la cultura?. Las interrogantes pueden ser varias y diversas en cuanto el papel de los medios de comunicación en la cultura de las sociedades. De hecho, es un tema que ha estado por décadas en las mesas de discusión y debate del periodismo, la comunicación como disciplina e incluso la antropología y la sociología. Pero aunque los pensadores, académicos y científicos postmodernos quieran darle respuestas y conclusiones al rol de los medios de comunicación en relación a la cultura, hay algo innegable: los medios de comunicación son de los principales vehículos de transmisión de la cultura.
La cultura como bien se sabe, no se traslada genéticamente, sino que ella es la consecuencia histórica de las formas de ser de un grupo humano y las maneras en cómo se transmite a quienes son parte de. Cada quien aprende la cultura por pura herencia y memoria. Ella lo hace sobrevivir como especie, como parte de una comunidad y le provee una continuidad social. De esta cuenta, desde el punto de vista de la comunicación como disciplina, la cultura viene siendo transmitida a través de diversos espacios comunicacionales en la sociedad.
La influencia comunicacional en la cultura
Algunos historiadores plantean la mirada de la evolución humana como la historia de las tecnologías de la comunicación, dividiéndola en tres grandes períodos –por mucho, estudiados en los establecimientos educativos-: la comunicación oral, la comunicación escrita –imprenta- y la comunicación digital. En cada uno de estos períodos se han creado diversos tratamientos del lenguaje y sus usos específicos, esto sin duda, ha dado forma a una nueva manera de interacción social y por la tanto de la evolución y transmisión de la cultura.
Estas formas de comunicación y de usos del lenguaje indudablemente provocaron una nueva aprehensión y concepción de la realidad. A esto, Manuel Castells señala que no vemos la realidad tal cual es, sino como nuestros lenguajes permiten comprenderla, en tanto son nuestros medios de comunicación. Esto, en primera instancia, significaría que los medios de comunicación son los lenguajes que se emplean para conocer y pensar el entorno que rodea a las personas. En este proceso lo que se produce precisamente son cambios estructurales que son el armatoste de la cultura.
A esta altura, es evidente entonces, que las comunicaciones son un campo para la creación y un elemento fundamental para la cultura y la transmisión de la misma. Pero qué pasa cuando las comunicaciones y el uso de los medios implican un valor económico y un poder estructural. Este proceso se hace más acentuado, más acelerado y menos humano y auténtico en la medida que los medios de comunicación conllevan un valor económico implícito a partir del fin del siglo XIX e inicios del siglo XX, lo cual también acelera los cambios en las comunicaciones y por consiguiente sus maneras de transmitir e influir en la cultura.
La difusión de la cultura libre
Es innegable que las informaciones, historias, ideas, escritos, entre otros adquieren diversas formas dependiendo totalmente del medio en el cual sean difundidos… en el cual se pongan en común. Y precisamente poner en común es un elemento vital para dirigir el enfoque de análisis de los medios de comunicación y cuestionarse qué tanto contribuyen a la sostenibilidad del movimiento de la cultura libre. Un movimiento que defiende el valor colectivo de las ideas y las creaciones que se generen. Esto propiciará una participación cultural mucho más diversa, enriquecedora e inclusiva.
Según Racioppe ” la cultura libre nombra a un movimiento, aun heterogéneo, de autores, realizadores, creadores, pensadores que consideran que la cultura es una construcción colectiva y que, por lo tanto, no debe estar limitada por todos los derechos reservados”
En esta misma línea, la agenda que manejan los medios de comunicación para la difusión de contenidos se puede considerar un obstáculo para el movimiento de la cultura libre. Recordemos que uno de los principales medios por el cual las personas se informan son los medios de comunicación masiva tradicionales por demás utilizados en los países del llamado tercer mundo. Y si estos limitan el tipo de contenido que se transmite, limitan con ello el panorama cultural e informativo de los espectadores. Es fácil deducir que esto implica un impedimento en el camino hacia una cultura libre en la gran mayoría de sus formas,y en el sentido creativo de la sociedad.
Un camino más amplio a la cultura libre
Un medio de comunicación alternativo por excelencia que está al alcance de casi todos es el tan aclamado internet. A través de él la apertura de espacios para la difusión de todo tipo de contenidos es realmente amplia. La diversidad de maneras de participación cultural y creativa es uno de los pilares para encaminarnos a la construcción y establecimiento de una cultura libre y su comunicación.
En esta misma línea, Racioppe menciona que “Internet y la digitalización de los datos facilitan el intercambio de información, productos y bienes simbólicos, desde este lugar es posible pensar en otros modos de producir y distribuir lo artístico-cultural: la producción colaborativa supera las barreras del tiempo y el espacio, y la distribucion a traves de la web inaugura un nuevo paradigma comunicacional”.